
Hace dos o tres años, en Buenos Aires, un personaje en mitad de la noche nos contaba que él había tocado los tambores en una presentación algo secreta de Enrique Bunbury por Perú. Recuerdo que nos habló de una pelea con tenedores a lo largo de una madrugada. De una silla rota. De viajes por la Selva. Mientras nos pedía cigarros, y nosotros esperábamos no sé qué ni a quién sentados en la calle, confesaba lo genial que había sido, para luego tararear una canción. No recuerdo cuál. No sé si era verdad o mentira lo que decía. En la noche, esas cosas no importan.
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Fuente: La periódoca revisión dominical
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